jueves, 9 de febrero de 2012

Mis manos.

Me duelen las manos, es algo intenso, es como si mis venas estuviesen a punto de de romperse, pero sólo veo tinta.

Mis manos sanan, fluyen y siguen obrando sobre las delgadas líneas azules que aparentan ríos sin rumbo tras un horizonte sin cielo.

Mis manos caen tranquilas, frías, buscan la paz entre los ronroneos de mi gata, permanecen sobre su cuello siempre hambriento de la atención de mis manos, de su amo.

Mis manos viven, sienten las notas, leen la madera, tienen cuerdas; tocan.
Se sujetan con increíble deseo por permanecer en ella. Se hacen garras.

Mis manos sueñan, quieren tomar el mundo, quieren alzar la vida en forma de puños, quieren hacer figuras bajo el sol, quieren enredarse con tu suerte.

Quieren tus manos.

¿Nos vemos?

Nunca había visto tu rostro en las hojas en blanco hasta que me dispuse a quererte, con razón y sin ella.

En éste momento justo, te veo, te busco, te encuentro.
Te veo pasar orgullosa por sobre las palabras comunes que gritan mis manos.

Te dicen.

Te veo sonriendo a mi lápiz.
Salpicando tinta en forma de letras te responde, te sigue buscando y sigues allí.

Posas en el aire tus pies sobre el suelo, vuelas.
Caminas hacia mi orgullosa de ti, de mis ojos curiosos.

Llegas.

La ternura de tu mirada me llama, me inspira.

Me encuentra...

jueves, 19 de enero de 2012

Un poco de sangre nocturna...

Empiezo a escribir sin ideas literales, sólo con la de llenar esto de letras y despejarme un poco...

Como de costumbre, me pregunto, luego rió y me digo a mi mismo: 'no lo hagas, ¿para que preguntarte algo cuando lo puedes vivir? o mejor aun -tal vez peor- no pensar y vivir...' Tal vez sea el momento de vivirlo... Más que vivir, es sentir, pero no, vivir sin cuestionar las cosas, inclusive a mi mismo, me hace no sentir nada. Pasan las horas y de pronto me encuentro asfixiado, con la cama desarreglada e inconforme con mi manera de pensar y de ver las cosas. Para que me entiendan mejor, pueden comparar mi estado mental con la de una persona muy preocupada por su futuro, apresurada de saber, decepcionada por saber, normalmente aislada por decisión propia o más bien por instinto, y con una vida social buena; pero todo eso ensangrentado de dudas.

Espero que no lo vean tan drástico, eso de decir "que bonito" después de haberlos llenado de mi sangre pero, que bonito seria describir mi angustia en una oración y no sentir más, por ahora... y aunque me contradiga, lo puedo hacer. Puedo acabar todo diciendo: 'a la mierda', mientras alisto mi cama y me dispongo a dormir, claro que de pensar en la cama no se salva nadie. Lo más triste es que no puedo mencionarlos en mi cabeza mientras todo esto me pasa, porque todo se trata de mi y de mi más cruel orador juzgándome, así que sólo respiro y 'me salgo con la mía', y les doy mi palabra, ustedes también.