jueves, 19 de febrero de 2015

cartílago


los seres que condicionan el querer 
pesan más que los huesos de la noche.
son muertes con vestidos utópicos. 
son avidez de espanto. 
son verbo con sabor a nada.
se esconden en el retorno inmediato
y tienen costillas falsas.
deambulan aniquilando soñadores.
partiendo espirtus y repartiendo nada.
sus besos son secos y sus palabras huérfanas. 
carecen de vida aunque caminan.
son más reales que el desamor después de la música.
no tienen alma qué entregar 
y no les queda más que sobornar. son corruptos.
son enemigos de las alas y ven con recelo a las aves. 
son como las ramas que sacuden el vuelvo de los pájaros
para que no puedan morir de añoranza.
prolongan el sufrimiento y no dicen nada. 
se alimentan de esperanzas ajenas. 
las amarran con las uñas endebles de sus manos frías. 
sueñan con ventanas cerradas.
sueñan que los barrotes de cada casa 
son cárceles y disparan paraguas a las lluvias.
cuando se mojan, se mojan solos. 
son egoístas y se van cuando  aceleran los corazones.
son paranoicos y creen que los latidos son tambores de guerra. 
son cobardes porque huyen. 
desaparecen cuando quieren, 
pero no te olvidan...
ellos vuelven. y sin hacer ruido te poseen. 
te convencen y te entregas.
haces casa en ellos y te van dejando ruinas.
dicen que todo es casual, pero es su causa.
saben como medir el destino y lo pisan. 
saben como parar el tiempo.
y cuando el tiempo ya no pasa,
pasan ellos por encima. 
se despiden y retornan
porque tienen miedo...


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