sábado, 23 de marzo de 2013
Lobo.
Me espabiló el aullido del lobo sostenido a dúo con tu voz, encima del cielo sin luna del poema muerto.
EL Aullido extenso en la noche onda círculos de vida y muerte. La niebla se hizo gemido enseñando la meditación amorosa tras el movimiento decadente del cuerpo suspendido. Su presa.
El lobo siente, y por encima de la sangre, camina. A su paso, se deshace el mundo y lo que vive en el aire regresa a la tranquilidad de su principio.
jueves, 21 de marzo de 2013
¿Qué esperar?
Espero la estación húmeda del agua en las primeras hojas que los gusanos devoran, veo cómo la espiga asoma su floración y escapa por entre la celda débil con la niebla que pasa. Veo cómo el relámpago entrega a la noche el instante de su flor eléctrica; eterno, retumba en mis huesos.
Más oscuro en mi andar, tan oscuro, tan otra noche bajo la noche, en la extensa playa, la espuma trae restos fríos a mis tobillos, y el silencio es un abismo de ecos dentro de lo incierto, y por cierto, de mentira. Vi a la musa solear sus dudas, su pensar cálido en la calle bruta, me vi de arena en sus dunas.
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