tu ser demanda atención, mujer poesía.
y leer un libro ya no es lo mismo.
en cambio; leerte a ti es leer utopías.
entenderte es, desde el cielo, caer.
caer soñando a la cama
antes de conciliar el sueño.
leerte no es comprender tus palabras,
sino desnudarme ante ti
al ver el reflejo que proyectan tus ojos ya desnudos.
para entenderte no necesito tocarte,
preciso sentirte cerca hasta quemarme...
y es -a mi beneficio-
necesario estar una eternidad contigo
para sentir la violencia de tu aura aquamarina.
sin embargo, he sentido esto, no en una eternidad,
sino en tus labios.
y a todas estas,
sobre tu tacto
¿están las estrellas conectadas
con la constelación de lunares que adornan tu piel?
¡y qué será de mis lunares sin los tuyos,
o de los tuyos sin los míos!
sino puntos sombríos...
sino migajas para las hormigas de los parques.
cual fuere nuestro cruel destino...
apretar tu cuerpo contra el mio es la cura.
así que bésame
quédate cerca y ven a mis brazos
pues te abrazaré con tanta fuerza
que no quedará ni el mas mínimo
espacio entre nuestras almas.
y por fin seremos todo,
y comprenderemos
que somos,
infinitamente...
un solo espacio.